La paz invade hasta la última célula.
La luz se vuelve más cálida, el frío pasa a un segundo plano
aunque caiga la nieve aquí dentro. La tormenta espera. Tú fuiste la
primera, no serías la última. Lo que la corriente se lleva nunca lo
podemos reemplazar. Y así como el dolor se abrió camino a
puñaladas también lo hizo la autorrealización. Nunca vengas a
casa, pero las noches que nos quedamos despiertos mirando al techo
estrellado, pidiendo respuesta esperando sin esperanza. Si es cierto
que el amor puede cambiar el rumbo del destino, estas noches moveré
montañas.
Como una carta en mitad de la noche por
debajo de la puerta, malas noticias. Puñaladas recorren todo mi
cuerpo con impactos que se sienten desde dentro. Así que mira hacia
el río que todo se llevó, llena tus bolsillos de piedras, lánzate
a la corriente, pon tus brazos alrededor de mi y no me sueltes jamás.
No son los años en tu vida, sino la
vida en tus años lo que marca la diferencia. Alma vieja por lo que
dicen, el día que se pierde es el día que se lamenta. Ahora en las
aguas que te acogen, tu ausencia en el despertar se marcha. Sigue a
tu corazón a la corriente, rindete al peso de este mundo, y te
llevaré lejos.
P.d. Como echaba de menos escribir.
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