miércoles, 10 de agosto de 2011

Tu bestia interior puede llegar a oler el miedo,puede llevar a sentir la angustia de unos recuerdos olvidados. Recuerdos que olvidan ideales por los que luchar,por los que luchar por otras personas ciegas por su salvación. Personas que se creen inmortales aún en muerte rodeados por la tierra fría,húmeda,acosadora del campo de cipreses. Escritores autoviolados por sus versos, personas menos personificadas que los personajes a los que les dieron vida, titiriteros manejados por sus propios títeres. Todo encaja a la perfección en una imperfecta máquina de relojería que ya no marca las horas,que ya no mide el tiempo y en la cual las agujas retroceden.

Puedes quedarte y pugnar por una batalla perdida tiempo atrás por cientos de generaciones menos manipuladas por titiriteros títeres de la materia. Puedes salir a ver como el fracaso se convierte en costumbre noche tras noche, encadenado a los anclajes. Seres sin rostro a los que poder reconocer,a los que poder poner nombre. Carentes de una personalidad,encasillados en el absurdo cajón de la normalidad autoimpuesta por ellos mismos por la aceptación de unos cuantos. Gritan al son de la estúpida canción salida de personas estúpidas alegando ser diferentemente iguales pero sabiendo que no son más que un clavo salido de la cadena prescindible de algo tan arcaico que debe ser cambiado.

En alguna parte la vida es buena,las cosas son como deberían ser sin hacer que otros ojos vean lo que tu debes ver. Es dificil llegar a él puesto que son millones de lugares y ninguno a la vez. Porque sólo yo puedo verlo,sólo tú puedes verlo,sólo aquel pordiosero puede verlo.

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