jueves, 12 de julio de 2012


Contempla campos verdes de esperanzas mientras el victimismo más absurdo, egoísta e injustificado continua alzándose. Escucha como desde el interior se oye gritar a pleno pulmón “No estoy vacio”. Sigo siendo el mismo de antes, que busca lo mismo, que busca sentirse aún mejor. Viviendo el sueño de los débiles, la realidad de los fuertes. Nadando contra las olas, saliendo a flote del pozo de gotas no autoimpuestas. Aquí estoy, limpio, probado, seguro esperando con los brazos abiertos y el pecho henchido la siguiente embestida del tiempo. A través de ella tejeré una realidad, crearé nuevos sueños, materializaré esperanzas.

Camino solo y cada vez que me levanto me hago más grande.  

lunes, 9 de julio de 2012


Cielos despejados sobre campos verdes de indiferencia. Indiferencia de quién ya no busca, de a quien nadie llena, de a quien nada ilusiona. La motivación es un bien lejano y caro por el que se paga el precio de la verdad. Calor interior que ilumina y quema, que duele, que termina siendo placentero. Dejad que arda, que ardan.

Arden los títeres en esta mi función teatral de la más variada colección de bichos raros, acontecimientos extraños y personajes salidos de toda lógica humana. Niños rodeados de paredes que les gritan a sus madres que les ignoren. Mujeres que cierran los ojos cada vez que tienen que mirar alrededor. Hombres que creen que los sueños están para hacerlos realidad y no para ver como se desmoronan. Se desmoronan, intentan no perder la cabeza mientras todo se viene abajo y no son capaces de tocar fondo. Vorágine surrealista en la que nada ni nadie está donde debería estar.

Y ahí, en medio de todo ese caos, estoy yo en el vacio, vacio en el que he erigido mi baluarte de voluntad, bastión de la dignidad y lo justo que aún queda en el ser humano. Un sitio donde se puede entrar pasando el sesgo, donde no hay gente, sólo personas.