domingo, 8 de enero de 2012

Se ven,

Se ven llorando los cipreses con la llegada de la lluvia que apaga el fuego del olivo. Se ven los pájaros romper sus nidos al darse cuenta de que sus niños no están vivos. Se ve a la dulce dama de la pena llorar alegría entre paños de lino. Se ven los locos más cuerdos justo en su último suspiro. Se ve lo que no es ni espera haber sido.

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