domingo, 8 de abril de 2012

Lo echo de menos.

Tejes con el brillo de tus cabellos la felicidad de mi vida. Perderme en un punto de nuestro infinito mientras me pierdo en el sonido de sus cuerdas vocales. Estar abrazado al borde del precipicio viendo atardeceres rosados. Pasar a menudo las tardes en el huerto de los enamorados. El calor, el aprecio, el hecho de ser un poco reconocido. La sensación de poder alentar o emocionar con mis escritos. El calor de más allá de cuatro frías paredes.



No hay comentarios:

Publicar un comentario