jueves, 26 de abril de 2012

Maldito abril.

Y ya estás aquí maldito abril. Sonriendo siempre tan sarcástico, tan frío que le has negado el crecer al olivo. Abril de soledad ya lo siento te has ido por despido. Duerme tranquilo entre tus sábanas polvorientas hasta que llegue mayo pegando desdichados cañonazos a todo corazón. Ven y echame el lazo, no quiero andar descalzo en este mar angosto de magma angustiado. Dejame gritar mis ecos en cavernas y esconderme en los recovecos de mis penas. Deja de matar sueños y contar finales de cuentos, deja de ser portavoz del fracaso escondido en el fondo del vaso. Desiste en dar paso a caminos perdidos venidos de más allá del ocaso.

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