Siente como la navaja corta la piel. Siente como las agujas cosen tiras de deshechos de carne sobre las heridas aun sangrantes. Siente como el acero llega a esa rosa negra y marchita.recubriéndola. Siente como se llega al oscuro alba de una era de incertidumbre.
Siente la transfusión. Basta de derramar lágrimas de sangre y sudor perlado de frustración. Es tiempo de que sangren por ti en la agónica redención.
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