domingo, 18 de septiembre de 2011

Que las dulcemente amargas mentiras dejen dormir. Que los recuerdos de malos tiempos para sonreir erizen la piel con promesas ajenas de grandes epopeyas y odas a la hipocresía. Que los sentimientos se desangren por los ojos que ya han visto de todo y poco les queda de ver. Que los viajeros lleguen tarde a sus destinos en transportes puntuales.


Que las duchas de este agónico verano vuelvan a ser calientes. Que se descongelen los pensamientos criogenizados en tantos sitios oscuros bajo el acero de mil escudos.


Que se baje el telón ya y oculte a los actores. Que oculte sus mil caras,que oculte la suya.

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