lunes, 21 de mayo de 2012

De nuevo.


De nuevo, amiga despiadada, hoja en blanco, portadora de sueños y esperanzas, de desquicios y añoranzas. Mercader de la propia hipocresía de una generación que clama por su salvación en los caminos de la perdición. Heraldo desquiciado al que nada le ha quedado fuera de esa esencia de llover sobre mojado con aspecto ajado. Labio mordido que escupe podrido con la sonrisa sel tercio herido ya atendido. Escritos desvaríados de autores descarnados. Palabras vacías que ansían llenar los huecos. Desean llevar sus anhelos fuera de los márgenes de folios negros. Tirarse por precipios de madera en busca de alguna manera de liberarse.


Salid de esas placas de acero grapado a mordiscos. Abrid la puta mente, bajad de esos altares de moral en el que os resguadáis. Dejad de justificaros en pozos de llantos mentirosos venidos a más por propia voluntad.  

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